Al final de la semana, una venta masiva en el mercado de valores de EE. UU. ayudó a que el oro volviera a brillar. Algunos analistas creen que un mayor colapso de las acciones podría ser un desencadenante clave del crecimiento de los lingotes.

Tras los resultados de la negociación de ayer, los futuros del oro mostraron la mejor ganancia diaria en un mes. Subieron un 1,4%, o $25,30, a $1.841.

La plata también mostró una excelente dinámica el jueves. El activo aumentó un 1,7% hasta los $21,908.

Los metales preciosos han recibido el apoyo largamente esperado de la aversión al riesgo. Los inversores están preocupados por la recesión económica en los EE. UU. y una posible recesión.

El conflicto militar en Ucrania y el mantenimiento de las cuarentenas en China continúan socavando el comercio mundial y aumentando las presiones inflacionarias en todo el mundo, incluido Estados Unidos.

Ahora los mercados temen que la incesante subida de precios en Estados Unidos pueda reducir significativamente los márgenes de las grandes cadenas minoristas estadounidenses.

En este contexto, ayer las bolsas de valores estadounidenses volvieron a cerrar a la baja. El índice Dow Jones se desplomó un 0,75% y el S&P 500, un 0,58%.

Recordemos que un día antes, el S&P 500 registró su peor resultado desde junio de 2020. El miércoles se desplomó un 4%.

El valor del oro suele aumentar cuando las acciones se liquidan. Sin embargo, recientemente el activo no se ha beneficiado del sentimiento anti-riesgo, porque los operadores prefirieron un dólar protector al lingote.

Sin embargo, no se puede decir que el activo amarillo haya perdido finalmente su condición de activo refugio. Desde principios de año, la dinámica del oro apenas ha cambiado, mientras que el índice S&P 500 ha retrocedido un 18% durante este tiempo.

La principal presión sobre el metal precioso este año estuvo ejercida por el endurecimiento de la tasa monetaria de la Reserva Federal, lo que provocó un repunte del dólar y del rendimiento de los bonos del gobierno estadounidense.
Ahora, el banco central de EE. UU. planea aumentar agresivamente las tasas de interés durante el verano. Sin embargo, los analistas creen que el mercado del oro ya ha tenido en cuenta este factor, por lo que no debería haber una caída significativa de las cotizaciones en los próximos meses.

Por el contrario, muchos expertos ven un potencial significativo para el crecimiento de los lingotes en el futuro previsible. El metal amarillo puede recibir un apoyo significativo de la fuerte volatilidad del mercado de valores estadounidense.

Según las previsiones de la empresa de investigación Capital Economics, este año el índice S&P 500 corre el riesgo de tocar fondo en unos 3.750 puntos.

La demanda de acciones caerá debido a las crecientes presiones inflacionarias. En los próximos meses, los aumentos de precios pueden volverse aún más problemáticos, lo que obligará a la Fed a subir las tasas de interés más rápido.

Un aumento demasiado fuerte en las tasas es una amenaza directa para la economía estadounidense. Y, como saben, en condiciones de mayor riesgo de recesión, existe una necesidad creciente de diversificar las carteras con la ayuda de activos de protección.

Por supuesto, todavía es demasiado pronto para especular sobre la posibilidad de que el oro alcance los $2.000. Primero, el metal precioso debe finalmente romper la tendencia bajista.

Y la primera señal positiva ya está ahí. Esta semana, las cotizaciones finalmente lograron superar la resistencia crítica en $1830.